Mientras el grueso de los jugadores de la preselección argentina de básquetbol arman los bolsos para la concentración de cara a los Juegos Olímpicos, en nuestra ciudad, Juan Ignacio Sánchez, comenzó a moverse y, paralelamente, le dedica tiempo a su postergados emprendimientos privados.
En medio de la preparación individual, bajó la confirmación de la lista de los convocados por el entrenador Julio Lamas, quienes trabajarán pensando en Londres.
--¿Empezaste a entrenar, básicamente para no detenerte tanto tiempo durante el receso o porque tenías alguna expectativa de Selección?--Había cumplido el plazo de descanso y, a pesar de que mi mujer me hizo caminar en diferentes ciudades que visitamos, je, era tiempo de empezar a moverme. Pero pensando en la Liga. No había tenido ninguna comunicación por parte de nadie de la Selección, por lo que lo daba como capítulo cerrado.
--Cuando antes del Preolímpico, Julio (Lamas) había viajado exclusivamente hasta Bahía para hablar personalmente con vos.--Tuvimos una charla cuando jugamos acá contra Obras. Y al no recibir un llamado para mayo, sabiendo lo que había surgido de aquella charla, me fui de vacaciones pensando que era un ciclo cerrado y que se habían decidido por los más jóvenes.
--Es decir, no te sorprendió la no inclusión.--En absoluto.
--Si bien según la lectura que se le diera a tus declaraciones podía especularse con que te estabas retirando, siempre dijiste que dabas un paso al costado si incorporaban alguien mejor. Convocados Laprovíttola y Campazzo, ¿te cierra tu pensamiento?--Estaba perfecto si los entrenadores se la jugaban con jugadores más jóvenes, y quienes aspiraban a ese puesto eran estos dos chicos, junto con (Juan Pablo) Figueroa y Juan Fernández. También estaba dispuesto, si querían, a hacer el último esfuerzo, aunque no me sobra nada físicamente. Fundamentalmente por tratarse de un Juego Olímpico, donde hay momentos importantes en los que necesitás experiencia. Pero bueno, el entrenador decidió ir con los más jóvenes, que hicieron un final de Liga muy bueno, lo cual le dio la confianza para llevarlos como recambio.
--¿Cerraste el ciclo como querías con la Selección?--Creo que lo cerré bien. Lo que pasa que en el deporte, el próximo desafío de alguna manera siempre tiene su gustito. Pude jugar el Preolímpico, que era en la Argentina y cuando pensaba que había cerrado un ciclo se presentaba otro desafío como un Juego Olímpico. Obviamente te preguntás porqué no. Pero bueno, alguien toma decisiones. Hay otros chicos que, evidentemente, pueden hacerlo mejor. Y si es así deben estar, porque se trata de la Selección.
--¿Te imaginás viendo los partidos por televisión?--Totalmente. Ya pasé la etapa dura, que es dejar la Selección y todo lo que significa. Pasaron muchos años desde que en Japón di un paso al costado y hoy lo veo con satisfacción. El sueño de un Juego Olímpico lo tiene cualquier jugador o ex jugador. Ante un torneo de este nivel te gustaría estar con el uniforme puesto, pero, por suerte, ya puedo alejarme un poco de esa situación de incertidumbre y de ver cómo voy a reaccionar ante un partido de la Selección.
¿Laprovíttola o Campazzo?--Laprovíttola y Campazzo, con diferentes estilos, rindieron en el nivel doméstico. ¿Qué puede cambiar a nivel internacional y, máxime, debiendo insertarse en el consolidado plantel argentino?--El básquet internacional, obviamente, es muy distinto al doméstico. Y creo que, cada uno con su estilo, tiene condiciones para dar el salto de calidad que te requiere jugar en otro nivel. Básicamente es el roce que ellos puedan adquirir por jugar contra jugadores diferentes a los que enfrentan en la Liga y la capacidad de adaptación que tengan.
Pepe comparó los diferentes roles.
“Estamos hablando de jugadores que en la Liga toman entre 10 y 15 tiros por partido. El jugador de Selección da un paso adelante cuando se adapta a otro tipo de juego, que tiene más que ver con definir su rol”, opinó.
De todos modos, destacó las condiciones de Campazzo y Laprovíttola. “Estos dos chicos son muy inteligentes y al enfrentarlos te das cuenta que tienen un don natural. Por eso, no tengo dudas de que se van a adaptar. Después --agregó-- habrá un montón de factores que los pondrán en el lugar que corresponde. Y una vez que adquieran roce internacional, podrán sacar las conclusiones y entender qué tienen que mejorar tanto en lo físico, como en lo basquetbolístico y mental”.
--Eso ya es cuestión de capacidad.--La proyección de un jugador va por la suma de cosas que cada año le va dando a su juego. No es decisivo un primer torneo para un jugador de 20 o 21 años. Son más importantes las conclusiones que saca el jugador de esa experiencia y como lo transforma en algo positivo, que el éxito de ese torneo en particular. Y ellos dos, si bien tienen que ver dónde están parados a nivel internacional, a esta altura no tienen nada que demostrar.
--Algo que no es sencillo.--Simplemente hay que apoyarlos y darles las herramientas para que desarrollen. Han dado muestras en la Liga que son los jugadores con mayor proyección en el puesto.
“Tengo en mente jugar otras dos temporadas más”--Defender la camiseta en la Liga, ¿te sigue alimentando la ilusión?--Sin dudas. Aparte, la temporada pasada prácticamente no paré y, a los 35 años, si bien empezás con un envión importante, a mitad de temporada te pasa factura. La semana pasada empecé a moverme cuando volví de viaje.
--Te vino bien el descanso, ¿no?--Sí. Pude descansar bien y todavía me queda un tiempo hasta que empiece la temporada. Sigo con ilusión. Tengo en mente jugar otras dos temporadas más. Y este tipo de situaciones, más allá de que tenía claro que el llamado no iba a venir, sirve como una motivación para seguir adelante y continuar compitiendo con los chicos jóvenes.
“Es como que se invierten los desafíos. Primero, los chicos más jóvenes te quieren sacar el puesto y, en mi caso, quiero demostrar que sigo estando a la altura. Creo que es muy sano porque te mantiene la llama encendida. Lo que más lamento, y ojalá pueda hacerlo aún jugando en contra, es poder transmitirles la experiencia”.
--Bueno, de alguna manera ya lo hiciste la última temporada demostrando, frente a ellos, que podías dejarles enseñanzas. --La serie contra Peñarol me encantó.
--Leiste lo que dijo Campazzo (“No pude con Pepe Sánchez”).--No, pero me comentaron. Se generó una rivalidad muy linda, sana y de respeto. Lo mismo me pasó con Nicolás. Creo que no hay que dejar afuera de la carrera a Juan Fernández ni a Juan Pablo Figueroa, porque considero que no es tan claro que Facundo y Nicolás sean los herederos del puesto. Pero compartir un equipo durante semanas es muy significativo. Recuerdo mucho el Mundial ´98, cuando estuvimos con (Marcelo) Milanesio y Ale Montecchia. Uno ve cosas que le gustan y otras que no, aprende y saca conclusiones. Por suerte tienen a Pablo (Prigioni) y podrán aprovecharlo.
“El mercado se disparó de forma imprevista”--Que el proyecto de Bahía Básket se encamine en su tercera temporada, incluyendo a Juan Espil como director deportivo, ¿te permite focalizarte más en tu función de jugador?--Absolutamente. Este año dimos la estocada final con Juan. Creo que es la persona que necesitábamos, por experiencia, forma de trabajar y la seriedad encaja perfectamente en lo que queremos. Además, incorporamos a Pablo (Coleffi), un técnico de vasta experiencia, porque había mucha gente joven y, a veces, se invertían los roles.
“Ahora, tenemos un director deportivo, un entrenador con experiencia y, en mi caso, tengo la posibilidad real de poder dedicarme a jugar a pleno las últimas temporadas y cumplir mi rol más real, que probablemente será el que continuará a futuro, siendo un poco el responsable general de todo, pero delegando en cada área las responsabilidades correspondientes”.
--¿Estás conforme con los nombres que confirmaron para la próxima temporada, teniendo en cuenta la relación presupuesto-potencial individual?--Estoy conforme. El mercado se disparó de forma imprevista. Comparado a otros lugares, es un mercado particular y no sé por qué motivo se dispara un 40 o 50 por ciento, con jugadores que están ganando fortunas. Tenemos la tranquilidad de poder mantener una coherencia, fichando lo mejor que podamos de acuerdo con nuestros recursos.
--¿Y sabiendo que deberán apostar a los extranjeros?--Obviamente. Con la puerta abierta que te dan los extranjeros, lo cual no deja de ser un arma de doble filo, porque el nacional te da más garantía, pero la ficha extranjera te permite ser más flexible y esperar el momento, con la posibilidad de ir mejorando el equipo a medida que transcurre la temporada.
Fuente:
http://www.pickandroll.com.ar/estudiantes/noticias/liga-nacional/00021881/